lunes, 31 de octubre de 2016

Imponer, imponer, imponer


Fuente: El Comercio, el domingo 30 de octubre de 2016


Federico Salazar


"Poblar de políticos su directorio es
erosionar la esencia del Banco Central"

La mayoría del Congreso nombró a los nuevos miembros del directorio del Banco Central de Reserva (BCR). Ha impuesto su posición. Imponer es, en este caso, "hacer valer su poderío".

El "poderío" es algo más que el poder. El Congreso tiene la facultad de nombrar ese número de miembros del directorio del ente emisor. Ejerce su poderío, más allá de su poder, cuando impone su capricho por encima de la razón.
No es razonable que se elija como miembros del directorio a personas vinculadas a la gestión partidaria. 
El fujimorismo vuelve a mostrar la misma torpeza política de siempre. Adquiere un poder, y abusa de él.
José Chlimper tiene, seguramente, muchas virtudes como empresario. En el ámbito político, sin embargo, ha sido jefe de una campaña electoral.
Ha sido protagonista, además, en un caso de grosera manipulación de información, a través de la adulteración de grabaciones. Lo habría hecho para echar lodo sobre un testigo y beneficiar la campaña de su partido. En moral electoral, por así llamarla, es una persona descalificada.
Fuerza Popular está dispuesta a cargar con ese costo político. Fuerza Popular estaría premiando la gestión de audios manipulados en una campaña electoral.
A este grupo político no le importa la opinión pública. Cree que el poder recibido en las elecciones no requiere ser ratificado día a día por la ciudadanía, el mandato o las elementales normas de lo razonable.
Me impongo ante todo y ante todos. Y nada ni nadie me pone límites. Esta es la fórmula del poder absoluto.
El ejercicio del poder absoluto es una tentación para cualquiera. Para un grupo político que destruyó las instituciones del país es un pecado mortal.
El Banco Central es una entidad eminentemente técnica y cuya autonomía es mandato constitucional. ¿Cómo podríamos creer que el señor Chlimper será autónomo? ¿Sería impecablemente autónomo quien estuviera dispuesto a cometer una inmoralidad con tal de que su partido gane?
Este cuestionamiento también alcanza, aunque en otra magnitud, al economista Elmer Cuba. Él también formó parte de la campaña electoral.
Cuba fue parte de la estrategia de "blanqueo" del fujimorismo. Consistió en incorporar a independientes con cierto prestigio para salir de la imagen de "fujimorismo duro".
Él mismo confesó que había estado a punto de ir a la marcha No a Keiko. De pronto le cayó un rayo de luz y se dio cuenta de que Keiko "no es su padre". El rayo divino vino bajo la forma de una propuesta de Fuerza Popular.
Todos tenemos derecho a cambiar; pero cambiar porque me proponen un puesto en una campaña es moralmente insostenible. Este caballero de moral electoral insostenible es la más "reputada" elección del fujimorismo.
En el caso de Rafael Rey es evidente que no tiene nada que hacer en el Banco Central de Reserva. Es ingeniero civil y ha sido miembro del Movimiento Libertad, de Mario Vargas Llosa, y ministro del gobierno de Alan García, del Apra.
Rafael no ha tenido una inclinación por los temas de economía y menos por las finanzas o la política monetaria. En este caso, no hay competencia profesional.
Rey, además, no es garantía de autonomía. Ha sido candidato a la vicepresidencia en la plancha de Keiko Fujimori en el 2011. Ha trabajado en Renovación Nacional con Luis Galarreta, ahora vocero de Fuerza Popular.
Hacer carrera política no tiene nada de malo. En el caso de Rey, esa carrera debería llevarlo a muchos lugares, pero no al Banco Central. La virtud del BCR es la autonomía y el carácter técnico de sus decisiones.
Poblar de políticos su directorio es erosionar la esencia del Banco Central. Es zurrarse en la historia institucional del país. Es imponer el capricho por sobre la necesidad de sostener instituciones que tienen que estar lo más alejadas posible de la política partidaria.
El fujimorismo no entiende nada de instituciones. Carece de intuición política y de una visión de nuestra historia. Solo quiere imponer, imponer, imponer.
Se hará daño a sí mismo, pero también al país.


lunes, 24 de octubre de 2016

Las diez claves que explican el nuevo Sistema Mundial

Fuente: 

Por: 
Ignacio Ramonet *
¿Cómo es el Nuevo Sistema Mundo? ¿Cuáles son sus principales características? ¿Qué dinámicas están determinando el funcionamiento real de nuestro planeta? ¿Qué características dominarán en los próximos 15 años, de aquí a 2030?
Para tratar de describir este Nuevo Sistema Mundo y prever su futuro inmediato, vamos a utilizar la brújula de la geopolítica, una disciplina que nos permite comprender el juego general de las potencias y evaluar los principales riesgos y peligros. Para anticipar, como en un tablero de ajedrez, los movimientos de cada potencial adversario. ¿Qué nos dice esa brújula?
EL DECLIVE DE OCCIDENTE
La principal constatación es: el declive de Occidente. Por vez primera desde el siglo XV, los países occidentales están perdiendo poderío frente a la subida de las nuevas potencias emergentes. Empieza la fase final de un ciclo de cinco siglos de dominación occidental del mundo. El liderazgo internacional de Estados Unidos se ve amenazado hoy por el surgimiento de nuevos polos de poderío (China, Rusia, India) a escala internacional. El "desclasamiento estratégico" de Estados Unidos ha empezado. El "siglo americano" parece llegar a su final, a la vez que va desvaneciéndose el "sueño europeo"...
Aunque Estados Unidos sigue siendo una de las principales potencias planetarias, está perdiendo su hegemonía económica en favor de China. Y ya no ejercerá su ‘hegemonía militar solitaria’ como lo hizo desde el fin de la guerra fría (1989). Vamos hacia un mundo multipolar en el que los nuevos actores (China, Rusia, India) tienen vocación a constituir sólidos polos regionales y a disputarle la supremacía internacional a Washington y a sus aliados históricos (Reino Unido, Francia, Alemania, Japón).
En tercera línea aparecen ahora una serie de potencias intermediarias, con demografías en alza y fuertes tasas de crecimiento económico, llamadas a convertirse también en polos hegemónicos regionales y con tendencia a transformarse, de aquí a 15 años, en un grupo de influencia planetaria (Indonesia, Brasil, Vietnam, Turquía, Nigeria, Etiopía).
Para tener una idea de la importancia y de la rapidez del desclasamiento occidental que se avecina, baste con señalar estas dos cifras: la parte de los países occidentales en la economía mundial va a pasar del 56% hoy, a un 25% en 2030... O sea que, en menos de quince años, Occidente perderá más de la mitad de su preponderancia económica... Una de las principales consecuencias de esto es que EE UU y sus aliados ya no tendrán los medios financieros para asumir el rol de gendarmes del mundo... De tal modo que este cambio estructural podría lograr debilitar durablemente a Occidente.
IMPARABLE EMERGENCIA DE CHINA
El mundo pues se "desoccidentaliza" y es cada vez más multipolar. Destaca, una vez más, el rol de China que emerge, en principio, como la gran potencia en ciernes del siglo XXI. Aunque China se halla lejos aún de representar un auténtico rival para Washington. Por una parte, la estabilidad del Imperio del Medio no está garantizada porque coexisten en su seno el capitalismo más salvaje y el comunismo más autoritario. La tensión entre esas dos dinámicas causará, tarde o temprano, una quebradura que podría debilitar su potencia.
De todos modos, hoy por hoy, en 2016, los Estados Unidos siguen ejerciendo una indiscutible dominación hegemónica sobre el planeta. Tanto en el dominio militar (fundamental) como en varios otros sectores cada vez más determinantes: en particular, el tecnológico (Internet) y el soft power (cultura de masas). Lo cual no significa que China no haya realizado prodigiosos avances en los últimos treinta años. Nunca en la historia, ningún país creció tanto en tan poco tiempo.
Por el momento, mientras declina el poderío de Estados Unidos, el ascenso de China es imparable. Ya es la segunda potencia económica del mundo (delante de Japón y Alemania).
Para Washington, Asia es ahora la zona prioritaria desde que el presidente Obama decidió la reorientación estratégica de su política exterior. Estados Unidos trata de frenar allí la expansión de China cercándola con bases militares y apoyándose en sus socios locales tradicionales: Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas. Es significativo que el primer viaje de Barack Obama, después de su reelección en 2012, haya sido a Birmania, Cambodia y Tailandia, tres Estados de la Asociación de naciones de Asia del Sureste (ASEAN), una organización que reúne a los aliados de Washington en la región, la mayoría de cuyos miembros tienen problemas de límites marítimos con Pekín.
Los mares de China se han convertido en las zonas de mayor potencial de conflicto armado del área Asia-Pacífico. Las tensiones de Pekín con Tokyo, a propósito de la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyú para los chinos). Y también la disputa con Vietnam y Filipinas sobre la propiedad de las islas Spratly está subiendo peligrosamente de tono. China está modernizando a toda marcha su armada. En 2012, lanzó su primer portaaviones, el Liaoning, y está construyendo un segundo, con la intención de intimidar a Washington. Pekín soporta cada vez menos la presencia militar de Estados Unidos en Asia. Entre estos dos gigantes, se está instalando una peligrosa « desconfianza estratégica » que, sin lugar a dudas, podría marcar la política internacional en esta región de aquí a 2030.
EL TERRORISMO YIHADISTA
Otra de las amenazas globales que nos indica nuestra brújula es el terrorismo yihadista practicado ayer por Al Qaeda y hoy por la Organización Estado Islámico o Daesh (ISIS, en inglés). Las principales causas de ese terrorismo yihadista actual hay que buscarlas en los desastrosos errores y los crímenes cometidos por las potencias que invadieron Irak en 2003. Además de los disparates de las intervenciones en Libia (2011) y en Siria (2014).
En Oriente Próximo se sigue situando el actual foco perturbador del mundo. En particular en torno a la inextricable guerra civil en Siria. Lo que está claro es que, en ese país, las grandes potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia), aliadas a los Estados que más difunden por el mundo una concepción arcaica y retrógrada del islam (Arabia Saudíta, Qatar y Turquía), decidieron apoyar (con dinero, armas e instructores) a la insurgencia islamista sunní. Estados Unidos constituyó en esa región un amplio «eje sunní» con el objetivo de derrocar a Bachar El Asad y despojar así a Teherán de un gran aliado regional. Pero el gobierno de Bachar El Asad, con el apoyo de Rusia e Irán, ha resistido y sigue consolidándose. El resultado de tantos errores es el terrorismo yihadista actual que multiplica los atentados odiosos contra civiles inocentes en Europa y Estados Unidos.
Algunas capitales occidentales siguen pensando que la potencia militar masiva es suficiente para venir a cabo del terrorismo. Pero, en la historia militar, abundan los ejemplos de grandes potencias incapaces de derrotar a adversarios más débiles. Basta recordar los fracasos norteamericanos en Vietnam en 1975, o en Somalia en 1994. En un combate asimétrico, aquél que puede más, no necesariamente gana. El historiador Eric Hobsbawn nos recuerda que «En Irlanda del Norte, durante cerca de treinta años, el poder británico se mostró incapaz de derrotar a un ejército tan minúsculo como el del IRA; ciertamente el IRA no tuvo la ventaja, pero tampoco fue vencido.»
Los conflictos de nuevo tipo, cuando el fuerte enfrenta al débil o al loco, son más fáciles de comenzar que de terminar. Y el empleo masivo de medios militares pesados no permite necesariamente alcanzar los objetivos buscados.
La lucha contra el terrorismo también está autorizando, en materia de gobernación y de política interior, todas las medidas autoritarias y todos los excesos, incluso una versión moderna del «autoritarismo democrático» que toma como blanco, más allá de las organizaciones terroristas en sí mismas, a todos los insumisos y protestatarios que se oponen a las políticas globalizadoras y neoliberales.
HAY CRISIS PARA LARGO...
Otra constatación importante: los países ricos siguen padeciendo las consecuencias del terremoto económico-financiero que fue la crisis del 2008. Por primera vez, la Unión Europea, (y el «Brexit» lo confirma), ve amenazada su cohesión y hasta su existencia. En Europa, la crisis económica durará al menos un decenio más, es decir hasta por lo menos 2025...
Decimos que hay crisis, en cualquier sector, cuando algún mecanismo deja de pronto de actuar, empieza a ceder y acaba por romperse. Esa ruptura impide que el conjunto de la maquinaria siga funcionando. Es lo que está ocurriendo en la economía mundial desde que estalló la crisis de las sub-primes en 2007-2008.
Las repercusiones sociales de ese cataclismo económico han sido de una brutalidad inédita: 23 millones de desempleados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres… Los jóvenes en particular son las víctimas principales; generaciones sin futuro. Pero las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las abandona al borde del camino.
La velocidad de la economía financiera es hoy la del relámpago, mientras que la velocidad de la política, por comparación, es la del caracol. Resulta cada vez más difícil conciliar tiempo económico y tiempo político. Y también crisis globales y gobiernos nacionales. Todo esto provoca, en los ciudadanos, frustración y angustia.
La crisis global produce perdedores y ganadores. Los ganadores se encuentran, esencialmente, en Asia y en los países emergentes, que no tienen una visión tan pesimista de la situación como la de los europeos. También hay muchos «ganadores» en el interior mismo de los países occidentales cuyas sociedades se hallan fracturadas por las desigualdades entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.
En realidad, no estamos soportando una crisis, sino un haz de crisis, una suma de crisis mezcladas tan íntimamente unas con otras que no conseguimos distinguir entre causas y efectos. Porque los efectos de unas son las causas de otras, y así hasta formar un verdadero sistema. O sea, enfrentamos una auténtica crisis sistémica del mundo occidental que afecta a la tecnología, la economía, el comercio, la política, la democracia, la identidad, la guerra, el clima, el medio ambiente, la cultura, los valores, la familia, la educación, la juventud, etc.
Desde el punto de vista antropológico, estas crisis se están traduciendo por un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los electrochoques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada... Todo ello constituye un desafío para las democracias. Porque ese terror se transforma a veces en odio y en repudio. En varios países europeos, y también en Estados Unidos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el refugiado, el diferente. Está subiendo el rechazo hacia todos los "otros" (musulmanes, latinos, gitanos, subsaharianos, "sin papeles", etc.) y crecen los partidos xenófobos y de extrema derecha.
DECEPCIÓN Y DESENCANTO
Hay que entender que, desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido), ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.
Ese fenómeno ha llegado a Estados Unidos, un país que ya conoció, en 2010, una ola populista devastadora, encarnada entonces por el Tea Party. La irrupción del multimillonario Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca prolonga aquello y constituye una revolución electoral que ningún analista supo prever. Aunque pervive, en apariencias, la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos, la ascensión de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha.
A ese respecto, el candidato republicano ha sabido interpretar lo que podríamos llamar la «rebelión de las bases». Mejor que nadie, percibió la fractura cada vez más amplia entre las élites políticas, económicas, intelectuales y mediáticas, por una parte, y la base del electorado conservador, por la otra. Su discurso violentamente anti-burocracia de Washington, anti-medios y anti-Wall Street seduce, en particular, a los electores blancos, poco cultos, y empobrecidos por los efectos de la globalización económica.
SEÍSMOS Y MÁS SEÍSMOS
A este respecto podríamos decir que otra gran característica del Nuevo Sistema Mundo son los seísmos. Seísmos financieros, monetarios, bursátiles, seísmos climáticos, seísmos energéticos, seísmos tecnológicos, seísmos sociales, seísmos geopolíticos como el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o, en otro sentido, el reciente golpe de Estado institucional en Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff... Seísmos electorales como la reciente victoria del «no» en Colombia a los Acuerdos de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC; o el reciente «Brexit» en el Reino Unido, o el éxito de la extrema derecha en Austria, o la derrota de Angela Merkel en varias elecciones parciales en Alemania. O el enorme seismo que podría constituir efectivamente la eventual victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos
Acontecimientos imprevistos irrumpen con fuerza sin que nadie, o casi nadie, los haya visto venir. Hay una falta de visibilidad general. Si gobernar es prever, vivimos una evidente crisis de gobernanza general. En muchos países, el Estado que protegía a los ciudadanos ha dejado de existir. Hay una crisis de la democracia representativa: "No nos representan", decían los "indignados". La gente reclama que la autoridad política vuelva a asumir su rol conductor de la sociedad. Se insiste en la necesidad de reinventar la política y de que el poder político le ponga coto al poder económico y financiero de los mercados.
INTERNET, EL CIBER-ESPIONAJE Y LA CIBER-DEFENSA
El Nuevo Sistema Mundo también se caracteriza por la multiplicidad de rupturas estratégicas cuyo significado a veces no comprendemos. Hoy, Internet es el vector de la mayoría de los cambios. Casi todas las crisis recientes tienen alguna relación con las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, con la desmaterialización y la digitalización generalizadas, y con la explosión inaudita de las redes sociales. Más que una tecnología, Internet es pues un actor fundamental de las crisis. Basta con recordar el rol de WikiLeaks, Facebook, Twitter y las demás redes sociales en la aceleración de la información y de la conectividad social a través del mundo.
De aquí a 2030, en el Nuevo Sistema Mundo, algunas de las mayores colectividades del planeta ya no serán países sino comunidades congregadas y vinculadas entre sí por Internet y las redes sociales. Por ejemplo, ‘Facebooklandia’: más de mil millones de usuarios... O ‘Twitterlandia’, más de 800 millones... Cuya influencia, en el juego de tronos de la geopolítica mundial, podría revelarse decisivo. Hoy, las estructuras de poder se difuminan gracias al acceso universal a la Red y el uso de nuevas herramientas digitales.
Por otra parte, por las estrechas complicidades que algunas grandes potencias han entablado con las grandes empresas privadas que dominan las industrias de la informática y de las telecomunicaciones, la capacidad en materia de espionaje de masas ha crecido también de forma exponencial. Las mega empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior. Esta relación se ha convertido en una evidencia. Comparten las mismas ideas políticas y tienen idéntica visión del mundo. En última instancia, los estrechos vínculos y la visión común del mundo, por ejemplo, de Google y la Administración estadounidense están al servicio de los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos.
Esta alianza sin precedentes –Estado + aparato militar de seguridad + industrias gigantes de la Web- ha creado un verdadero imperio de la vigilancia cuyo objetivo claro y concreto es poner Internet bajo escucha, todo Internet y a todos los internautas, como lo denunciaron Julián Assange y Edward Snowden.
El ciberespacio se ha convertido en una especie de quinto elemento. El filósofo griego Empédocles sostenía que nuestro mundo estaba formado por una combinación de cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Pero el surgimiento de Internet, con su misterioso “interespacio” superpuesto al nuestro, formado por miles de millones de intercambios digitales de todo tipo, por su roaming, su streaming y su clouding, ha engendrado un nuevo universo, en cierto modo cuántico, que viene a completar la realidad de nuestro mundo contemporáneo como si fuera un auténtico quinto elemento.
En este sentido, hay que señalar que cada uno de los cuatro elementos tradicionales constituye, históricamente, un campo de batalla, un lugar de confrontación. Y que los Estados han tenido que desarrollar componentes específicos de las fuerzas armadas para cada uno de estos elementos: para la tierra: el ejército de Tierra; para el aire, el ejército del Aire; para el agua, la Armada; y, con carácter más singular, para el fuego: los bomberos o “guerreros del fuego”. De manera natural, desde el desarrollo de la aviación militar en 1914-1918, todas las grandes potencias están añadiendo hoy, a los tres ejércitos tradicionales y a los combatientes del fuego, un nuevo ejército cuyo ecosistema es el quinto elemento: el ciberejército, encargado de la ciberdefensa, que tiene sus propias estructuras orgánicas, su Estado mayor, sus cibersoldados y sus propias armas: superordenadores preparados para defender las ciberfronteras y llevar a cabo la ciberguerra digital en el ámbito de Internet.
UNA MUTACIÓN DEL CAPITALISMO: LA ECONOMÍA COLABORATIVA
Treinta años después de la expansión masiva de la Web, los hábitos de consumo también están cambiando. Se impone poco a poco la idea de que la opción más inteligente hoy es usar algo en común, y no forzosamente comprarlo. Eso significa ir abandonando poco a poco una economía basada en la sumisión de los consumidores y en el antagonismo o la competición entre los productores, y pasar a una economía que estimula la colaboración y el intercambio entre los usuarios de un bien o de un servicio. Todo esto plantea una verdadera revolución en el seno del capitalismo que está operando, ante nuestros ojos, una nueva mutación.
Es un movimiento irresistible. Miles de plataformas digitales de intercambio de productos y servicios se están expandiendo a toda velocidad. La cantidad de bienes y servicios que pueden alquilarse o intercambiarse mediante plataformas online, ya sean de pago o gratuitas (como Wikipedia), es ya literalmente infinita.
A nivel planetario, esta economía colaborativa crece actualmente entre el 15% y el 17% al año. Con algunos ejemplos de crecimiento absolutamente espectaculares. Por ejemplo Uber, la aplicación digital que conecta a pasajeros con conductores, en solo cinco años de existencia ya vale 68.000 millones de dólares y opera en 132 países. Por su parte, Airbnb, la plataforma online de alojamientos para particulares surgida en 2008 y que ya ha encontrado cama a más de 40 millones de viajeros, vale hoy en Bolsa (sin ser propietaria de ni una sola habitación) más de 30.000 millones de dólares, o sea más que los grandes grupos Hilton, Marriott o Hyatt.
A este respecto, otro rasgo fundamental que está cambiando –y que fue nada menos que la base de la sociedad de consumo–, es el sentido de la propiedad, el deseo de posesión. Adquirir, comprar, tener, poseer eran los verbos que mejor traducían la ambición esencial de una época en la que el tener definía al ser. Acumular “cosas” (viviendas, coches, neveras, televisores, muebles, ropa, relojes, libros, cuadros, teléfonos, etc.) constituía para muchas personas la principal razón de la existencia. Parecía que, desde el alba de los tiempos, el sentido materialista de posesión era inherente al ser humano.
La economía colaborativa constituye pues un modelo económico basado en el intercambio y la puesta en común de bienes y servicios mediante el uso de plataformas digitales. Se inspira de las utopías del compartir y de valores no mercantiles como la ayuda mutua o la convivialidad, y también del espíritu de gratuidad, mito fundador de Internet. Su idea principal es: “lo mío es tuyo”, o sea compartir en vez de poseer. Y el concepto básico es el trueque. Se trata de conectar, por vía digital, a gente que busca “algo” con gente que lo ofrece. Las empresas más conocidas de ese sector son: Uber, Airbnb, Netflix, Blabacar, etc.
Muchos indicios nos conducen a pensar que estamos asistiendo al ocaso de la 2ª revolución industrial, basada en el uso masivo de energías fósiles y en unas telecomunicaciones centralizadas. Y vemos la emergencia de una economía colaborativa que obliga, como ya dijimos, al sistema capitalista a mutar.
Por otra parte, en un contexto en el que el cambio climático se ha convertido en la amenaza principal para la sobrevivencia de la humanidad, los ciudadanos no desconocen los peligros ecológicos inherentes al modelo de hiperproducción y de hiperconsumo globalizado. Ahí también, la economía colaborativa ofrece soluciones menos agresivas para el planeta.
En un momento como el actual, de fuerte desconfianza hacia el modelo neoliberal y hacia las elites políticas, financieras, mediáticas y bancarias, la economía colaborativa parece aportar respuestas a muchos ciudadanos en busca de sentido y de ética responsable. Exalta valores de ayuda mutua y ganas de compartir. Criterios todos que, en otros momentos, fueron argamasa de teorías comunitarias y de ambiciones socialistas. Pero que son hoy –que nadie se equivoque– el nuevo rostro de un capitalismo mutante deseoso de alejarse del salvajismo despiadado de su reciente periodo ultraliberal.
Nuestra brújula también nos señala la aparición de tensiones entre los ciudadanos y algunos gobiernos en unas dinámicas que varios sociólogos califican de ‘post-políticas’ o ‘post-democráticas’... Por un lado, la generalización del acceso a Internet y la universalización del uso de las nuevas tecnologías están permitiendo a la ciudadanía alcanzar altas cuotas de libertad y desafiar a sus representantes políticos (como durante la crisis de los «indignados»). Pero, a la vez, estas mismas herramientas electrónicas proporcionan a los gobiernos, como ya vimos, una capacidad sin precedentes para vigilar a sus ciudadanos.
AMENAZAS NO MILITARES
“La tecnología –señala un reciente informe de la CIA– continuará siendo el gran nivelador, y los futuros magnates de Internet, como podría ser el caso de los de Google y Facebook, poseen montañas enteras de bases de datos, y manejan en tiempo real mucha más información que cualquier gobierno”. Por eso, la CIA recomienda a la administración de EE.UU. que haga frente a esa amenaza eventual de las grandes corporaciones de Internet activando el Special Collection Service, un servicio de inteligencia ultrasecreto -administrado conjuntamente por la NSA (National Security Service) y el SCE (Service Cryptologic Elements) de las Fuerzas Armadas- especializado en la captación clandestina de informaciones de origen electromagnético. El peligro de que un grupo de empresas privadas controle toda esa masa de datos reside, principalmente, en que podría condicionar el comportamiento a gran escala de la población mundial e incluso de las entidades gubernamentales. También se teme que el terrorismo yihadista sea sustituido por un ciberterrorismo aún más sobrecogedor.
La CIA toma tanto más en serio este nuevo tipo de amenazas que, finalmente, el declive de Estados Unidos no ha sido provocado por una causa exterior sino por una crisis interior: la quiebra económica acaecida a partir de 2007-2008. El informe insiste en que la geopolítica de hoy debe interesarse por nuevos fenómenos que no poseen forzosamente un carácter militar. Pues, aunque las amenazas militares no han desaparecido, algunos de los peligros principales que corren hoy nuestras sociedades son de orden no-militar: cambio climático, mutación tecnológica, conflictos económicos, crimen organizado, guerras electrónicas, agotamiento de los recursos naturales...
Sobre este último aspecto, es importante saber que uno de los recursos que más aceleradamente se está agotando es el agua dulce. En 2030, el 60% de la población mundial tendrá problemas de abastecimiento de agua, dando lugar a la aparición de “conflictos hídricos”... En cuanto al fin de los hidrocarburos en cambio, gracias a las nuevas técnicas de fracturación hidráulica, la explotación del petróleo y del gas de esquisto está alcanzado niveles excepcionales. Ya Estados Unidos es casi autosuficiente en gas, y en 2030 podría serlo en petróleo, lo cual tiende a abaratar sus costes de producción manufacturera y exhorta a la relocalización de sus industrias. Pero si EE.UU. –principal importador actual de hidrocarburos- deja de importar petróleo, es de prever que los precios del barril se reducirán. ¿Cuáles serán entonces las consecuencias para los grandes países exportadores?
HACIA EL TRIUNFO DE LAS CIUDADES Y DE LAS CLASES MEDIAS
En el mundo hacia el que vamos, el 60% de las personas vivirán, por primera vez en la historia de la humanidad, en las ciudades. Y, como consecuencia de la reducción acelerada de la pobreza, las clases medias serán dominantes y triplicarán, pasando de los 1.000 a los 3.000 millones de personas. Esto, que, en sí, es una revolución colosal, acarreará como secuela, entre otros efectos, un cambio general en los hábitos culinarios y, en particular, un aumento del consumo de carne a escala planetaria. Lo cual agravará la crisis medioambiental.
En 2030, los habitantes del planeta seremos 8 500 millones pero el aumento demográfico cesará en todos los continentes menos en África, con el consiguiente envejecimiento general de la población mundial. En cambio, el vínculo entre el ser humano y las tecnologías protésicas acelerará la puesta a punto de nuevas generaciones de robots y la aparición de “superhombres” capaces de proezas físicas e intelectuales inéditas.
El futuro es muy pocas veces predecible. No por ello hay que dejar de imaginarlo en términos de prospectiva. Preparándonos para actuar ante diversas circunstancias posibles, de las cuales una sola se producirá. A este respecto, la geopolítica es una herramienta extremadamente útil. Nos ayuda a tomar conciencia de las rápidas evoluciones en curso y a reflexionar sobre la posibilidad, para cada uno de nosotros, de intervenir y fijar el rumbo. Para tratar de construir un futuro más justo, más ecológico, menos desigual y más solidario.
* Conferencia del autor presentado en Caracas el pasado 27 de septiembre con ocasión del 11 ° aniversario de la creación, por Hugo Chávez, del Comando Estratégico Operacional.
Ignacio Ramonet. Doctor en Semiología. Profesor Emérito de la Universidad de Paris. Director de Le Monde Diplomatique en español. Autor de El Imperio de la vigilancia (Clave Intelectual, Madrid, 2016).
Etiquetas: Ignacio Ramonet Pensamiento.

miércoles, 12 de octubre de 2016

LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PERÚ


Diario UNO, el lunes 10 de octubre de 2016
ENTREVISTA
Francisco Durand 
Los nuevos dueños del Perú 

Recuerda a los que parten el jamón en este país de desigualdades

 
Hace 30 años, tras la victoria electoral de Alan García en su primer gobierno, se hablaba de los 12 apóstoles al referirse a los grupos empresariales peruanos más importantes que apoyaron al entonces joven candidato aprista, sin imaginar el desastre económico que causaría.
¿Cómo han cambiado esos 12 apóstoles de la economía peruana en la actualidad? ¿Cuáles se mantuvieron y qué otros emergieron? ¿Con quiénes hacen negocios y en qué rubros están? 

Sobre esas cuestiones y más, gira esta entrevista hecha al sociólogo e investigador Francisco Durand.
Por Carlos Alonso Bedoya

¿Cómo es este empresariado peruano, estos nuevos 12 apóstales, quiénes son, cómo son?
De los viejos apóstoles quedan básicamente cinco y el resto ha sido comprado, absorbido por otros.

¿Quiénes eran los 12 apósteles? Bueno eran la empresa de construcción Cosapi de Piazza; Graña y Montero, también en construcción; el grupo Bentín que tenía la cervecería Cristal; estaba el grupo Lanata Piaggio que tenía la cervecería Pilsen Callao…

¿Cómo es este empresariado peruano, estos nuevos 12 apóstales, quiénes son, cómo son?
De los viejos apóstoles quedan básicamente cinco y el resto ha sido comprado, absorbido por otros.


¿Quiénes eran los 12 apósteles?
Bueno eran la empresa de construcción Cosapi de Piazza; Graña y Montero, también en construcción; el grupo Bentín que tenía la cervecería Cristal; estaba el grupo Lanata Piaggio que tenía la cervecería Pilsen Callao…

Grupo Romero
Esos dos ya no están.
Esos dos ya no están. Estaba ciertamente los Miró Quesada, estaba Romero, Brescia. Estaba Benavides de la Quintana… Entonces, de esos ha habido una depuración debido a la apertura y el cambio de modelo económico a partir del año 1990.
Pero también al hecho de que muchas empresas ya venían siendo debilitadas por la crisis de los años 80. Entonces a partir del 90 en adelante hay una depuración. Algunos de estos se reorganizan, se fortalecen y comienzan a proyectarse al exterior, que son Romero, Benavides, Ferreyros, Brescia, ciertamente, también apóstol importante. Curiosamente estos grupos son los que controlan el sistema financiero. Tienen un mayor control del sistema financiero, pero en asociación con el capital extranjero. Tienen una mayor presencia en el mercado internacional, aunque principalmente en países vecinos
Entonces ¿quiénes dirías que ahora serían los 12 apóstoles?
Bueno de los actuales, yo creo que ahora hay que incluir seis limeños y seis provincianos.
¿Eso es una característica nueva, antes eran limeños básicamente…?
Antes eran limeños, pitucos si tú quieres, capitalinos. Ahora hay importantes grupos emergentes. Dentro de ese grupo emergente provinciano, algunos de origen popular-campesino, ciertamente los Rodríguez Banda de Arequipa.

Grupo Añaño
Grupo Gloria ¿no?
Uno de cuyos brazos es Gloria, tiene Coazúcar (Corporación Azucarera del Perú) en fin, tiene el Consorcio Cementero del Sur, y tiene un consorcio papelero. Ellos están ahora al nivel de los Romero, los Brescia, los Benavides en cuanto a valor de los activos. Pero hay otro como los Añaño.
En el sector educativo por ejemplo Acuña que es uno de los que estudio. Está Huancaruna en café (Altomayo)… en fin. Está Aquino Flores de Topitop, muy fuerte en manufactura, en tejidos.
Y tienen negocios fuera también. Ellos exportan, tienen sucursales, casas filiales en Bolivia; incluso Añaños en otras latitudes.
Ciertamente, estos 12 grupos tienen hoy en día un total de 501 empresas de las cuales 134 están en el exterior. Esa característica no existía antes. Tienen más dinero y al mismo tiempo se han proyectado más hacia el exterior.
Se han abierto a la globalización, como que la globalización ha depurado y ha traído nuevos actores 
Así es, y dentro de esos nuevos actores hay muchos provincianos de origen popular.
Tú has separado seis, entonces los seis limeños que han quedado, ¿a quiénes pondrías?
Los seis limeños que tengo en la lista son Romero, Brescia, Ferreyros…
Romero es Banco de Crédito; Brescia tiene varios negocios, pesca y todo, Ferreyros la construcción…
No la construcción. La venta de maquinarias pesada. Es muy fuerte en eso. Benavides de la Quintana, minería; Graña y Montero en construcción, obras públicas. Y el nuevo, que se forma a partir de los 90 con la privatización del Banco Internacional es Rodríguez Pastor, y que ahora se ha diversificado…

Grupo Rodríguez
Interbank, Intercorp, todo eso.
Así es, Intercorp, pero que tiene educación.
Y Benavides de la Quintana es Buenaventura…
Compañía de minas Buenaventura y Roque Benavides es el jefe.
Si bien es cierto, todos tiene una presencia no solo en el Perú, sino fuera ¿cuál es la relación con el capital internacional? ¿Son peruanos netamente o ya no? 
Entre los grupos limeños hay un proceso de internacionalización más acentuado, y eso en parte porque son grupos muy viejos que operan en la Bolsa de Valores de Lima hace mucho tiempo y han establecido relaciones con inversionistas extranjeros. Por ejemplo Credicorp, Banco de Crédito del Perú, en realidad ya no es un banco peruano. Casi el 70 por ciento de su capital es controlado por intereses extranjeros.
Entonces, ¿de quiénes son estos grupos y los porcentajes? 
Si uno ve los conglomerados, en este caso Credicorp que es el conglomerado financiero que maneja el grupo Romero, ya está en manos del capital extranjero.
Primero en la lista.
Sí. 70.54 por ciento en manos de inversionistas institucionales del exterior o AFP que operan en el Perú, pero que son a su vez controladas por el capital extranjero. Está también el caso de Graña y Montero que tiene 57.37 por ciento en manos de estos dos tipos de inversionistas extranjeros. Esos son los casos donde se puede decir que prácticamente ya no son grupos peruanos.
Pero si tú ves el brazo alimentario de los Romero que es Alicorp, el total es bastante alto 38.46 por ciento. Si estos siguen comprando acciones, es posible de que llegue un momento en que sean los principales inversionistas. Igual sucede con Ferreyros, que tiene 33.66 por ciento de manos que ya no están en la familia Ferreyros. Y en Rodríguez Pastor, que es un grupo muy moderno, muy internacionalizado, tiene casi 40 por ciento de capital que no es peruano. Hay una internacionalización muy acentuada. Menos en los Benavides de la Quintana que solo tiene 11 por ciento.
¿Y finalmente Rodríguez Banda?
Rodríguez Banda de Arequipa, en uno de sus conglomerados, en el lado cementero, tiene 11 por ciento en manos de capital extranjero.
O sea, ¿podríamos decir que los grupos que no son capitalinos son más resistentes a traer inversión de afuera?
Ciertamente, quieren mantener la propiedad en la familia, son renuentes a vender acciones en bolsa y están preparando sucesores para que alguien de la familia, en el futuro, tome el mando de las corporaciones. Lo cual es muy interesante, pero añadiría otro hallazgo importante de la investigación que es que entre los grupos provincianos hay mucha mayor participación de la mujer en la dirección de los conglomerados.
Por ejemplo, en el Grupo Dyer & Coriat (Camposol), la esposa, la señora Coriat ha codirigido el grupo. En el caso de industrias San Miguel de Jorge Añaños, Tania Alcázar es incluso la que ha creado los sabores, la que ha tenido un conocimiento científico técnico y participa también en la gestión.
Entonces tienes esos dos grupos donde hay esposas; pero en la generación que viene, están educando para que dirijan las empresas tanto a hombres como a mujeres.
Ese es un detalle importante 
Y los están educando en el exterior además.
¿Y eso tiene que ver con que pertenezcan a distintos gremios?, porque tenemos a la Confiep que debe agrupar a todos, pero también otras asociaciones que tienen un componente más familiar, ¿qué has encontrado allí?
Estos seis grupos limeños establecidos, son los que tiene mayor control del sistema financiero, mejores conexiones políticas, mejor vinculación con los medios de comunicación, particularmente El Comercio, ligado a Graña y Montero; pero también son los que tienen mayor influencia, peso en los grandes gremios. Y esos grandes gremios están todos agrupados en torno a la Confiep. Esa es su expresión gremial. Entonces, cuando quieren expresar algo en público se hace a través de la Confiep…
¿Qué controlan estos grupos más limeños?
Son los que tienen mayor influencia. Los otros, sus empresas es posible que sean miembros de distintos gremios, pero nunca han llegado al nivel de ser presidentes. Curiosamente han formado varios de ellos, Flores de Topitop; el grupo AJE de los Añaños Jerí; Dyer; y Huancaruna, o sea cuatro de los seis provincianos, han formado lo que se llama la AEF, la Asociación de Empresas Familiares.

Grupo Huancaruna
Bueno eso es una expresión de que ellos quieren mantener una forma de hacer negocios que se vincule a la familia, que no da entrada a otros inversionistas.
Así es, quieren mantener el capitalismo familiar.
¿Y cómo notas la relación de estos nuevos 12 apóstoles con el Estado?
Yo creo que los 12 tienen la capacidad, los recursos y han adquirido la experiencia para influir sobre el Estado de una manera bastante sistemática. Esto no quiere decir que en el 100 por ciento de los casos logren la influencia, pero recuerda: ellos tienen acceso rápido al más alto nivel decisorio, empezando por el presidente, siguiendo por los ministros y otras instituciones del Estado. Y una vez que tú tienes acceso, tú puedes ejercer influencia. 


¿Cómo se logra esto? básicamente usando tres mecanismos: 1° La financiación de campañas; tú puedes aportar grandes cantidades, no a un partido, sino a varios partidos a la vez, y también puedes aportar dinero o apoyar con bienes, en especie a congresistas…
Camionetas para la campaña…
Avionetas para el transporte, uso de recursos de diverso tipo. Entonces tú tienes influencia sobre el Ejecutivo y sobre el Legislativo al mismo tiempo.
Por ejemplo, la ONG Reflexión Democrática de Roque Benavides que financió la campaña de 2006 y 2011 de congresistas como Cecilia Chacón, la propia Luz Salgado, Galarreta, Luciana León y otros más, entonces de alguna manera tienen un compromiso con estas empresas.
Va generando un vínculo, una cercanía, son más propensos a escuchar sus mensajes, pero una vez que se forman los gobiernos viene la “puerta giratoria”. Como tú has financiado a los partidos, puedes incidir o influir en el proceso de nombramiento para que los puestos económicos más importantes estén en manos de gente con la cual ellos tienen confianza.

Grupo Benavides
¿Y en este gabinete?
En este gabinete más marcado que en ningún otro.
Y si tuvieras de decir, por ejemplo, por quien han apostado estos doce apóstoles (en la campaña del 2011), a ver, algunos ejemplos en el caso Benavides, Romero… bueno en el caso de Acuña se apoyó a sí mismo.
Sí, es un caso raro de alguien muy interesado en la política, el resto no, el resto juega con varios caballos.
Aunque según he escuchado por allí el grupo Benavides estuvo más proclive a Keiko Fujimori, los Romero (apoyaron) tanto a Keiko como a PPK… 
Ellos pueden financiar a varios partidos, además es una especie de seguro que compran. No sabemos quién sale, pero como he apostado a varios caballos, salga quien salga gano.
Cobro…
Claro, incluso a veces como dice el propio Dionisio Romero “le sale gratis”, porque no lo ha financiado, pero una vez en el gobierno tiene una predisposición a la influencia.
Yo creo que una cosa interesante es que políticamente están divididos entre una rama más autoritaria identificada con el fujimorismo que los hizo ricos o les permitió emerger, y una rama más democrático-liberal que, en este caso, está representado por Kuczynski. 

Yo creo que en la campaña han estado más tirados hacia el lado fujimorista que a Kuczynski, pero a partir de la segunda vuelta, en la medida en que había la probabilidad mayor de que saliera Kuczynski (como presidente) han comenzado también a hacer aportes financieros. 

Pero creo que los grupos han estado más identificados con el fujimorismo y que el capital internacional a su vez ha estado más identificado con PPK, con la excepción del grupo Intercorp.
POR VELASCO Y GARCÍA son fuertemente antiestatistas porque han quedado traumatizados
¿Y la ideología?, expresando esto que señalas en términos ideológicos ¿qué opinan del Estado, están con trauma de la época de Velasco?
Sí, ellos son fuertemente antiestatistas porque han quedado traumatizados por dos experiencias. Velasco, que sobre todo afectó a los grupos agrarios, pero también a otros como a los Prado, y Alan García en su primer gobierno que intentó estatizar la banca. 


Entonces a partir de ahí ellos han desarrollado esta visión antiestatista, pero ciega digamos, porque no entienden que el país no puede construirse y desarrollarse sin un Estado.
Y de allí que todos apoyan el libre comercio pero no necesariamente les favorece 
Así es, pero bueno eran reglas de los capitales más fuertes y tuvieron que avenirse a esas circunstancias, acomodarse y la mayoría lo han hecho, y lo han hecho bien.
Solo para terminar, siendo que el Perú está muy cruzado, no solamente por el género y la clase, sino sobre todo por la etnicidad ¿Cómo es la relación entre estos grupos, cómo los limeños miran a los grupos provincianos que ahora parecen tener igual o más plata que ellos?
Yo creo que se mantienen las diferencias y la falta de comunicación entre los grupos limeños y los grupos provincianos. Casi no hay contacto.
No van al Club Nacional, digamos, todos.
No van al Club Nacional, no van al mismo balneario, los hijos no van a los mismos colegios, pasan vacaciones en lugares distintos y no hacen negocios juntos. 


Entonces, los grupos limeños, que son los grupos hegemónicos que a su vez controlan el sector financiero, son los que tienen la “sartén por el mango”. 
Los otros son emergentes, provincianos y ciertamente los limeños tienen este doble prejuicio, que el provinciano emergente es alguien que no está al nivel de ellos, y además sospechan con mucha insistencia que de repente el dinero es ilícito, como si solo algunos grupos pudieran originarse en negocios cuestionables y ellos no los hicieran. Entonces hay cierto rechazo por ser informales, por tener sospecha de narcotráfico. 

Otra Mirada TV.