Es divertido leer en la prensa
seria las opiniones de opinólogos y líderes de opinión en que se nos define de
diversas formas, pero todas cojean del mismo pie. Para ellos el fujimorismo es
una opción política, no por su ideología (que no la tienen) sino por su número
y sus resultados electorales. Y en ese sentido tienen razón, pero sólo en ese sentido: si sacan votos y
eligen congresistas son una opción política. ¡Claro que sí!
Aunque eso implica muchas
otras cosas que los grandes medios, los medios serios callan, que es una forma
de desinformar. Deberían preguntarse y definir ¿qué entienden por Política? Lo
que está implícito es que la Política para ellos es realizar elecciones
periódicas y nada más. ¿Y qué entienden por Democracia? Para ellos es
participar en las elecciones y nada más.
Si los grandes y serios medios de
comunicación entendieran que la Política es el arte y la ciencia de gobernar y
que el Sistema Democrático (el menos malo de todos los sistemas) es “el gobierno del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo” según la definición de Abraham Lincoln en su discurso de
Gettysburg, entonces no podrían afirmar seriamente que el fujimorismo es una
opción política.
Mientras sigan defendiendo con mentiras
y medias verdades que la Democracia se reduce a unas cuantas elecciones y que
la Política es tener un Partido inscrito para participar en las elecciones
podrán seguir sosteniendo que el fujimorismo es una opción política.
Debemos entender que un Partido
Político es una asociación de personas libres e iguales que comparten ideales e
ideas honestas, escritas y publicadas como sus expectativas para realizarlas
cuando tengan la autoridad adquirida honestamente en elecciones libres,
limpias, abiertas, universales… y nunca amañadas por un JNE complaciente o
cómplice de bellaquerías.
Lo contrario de un Partido
Político es una asociación criminal para delinquir. Sus miembros se reconocen
por sus Antecedentes Penales, por el origen oscuro de sus dineros, por sus
declaraciones prepotentes, por sus amenazas, por sus sicosociales, por sus
contradicciones, por la compra de votos, por los kilos de arroz que usan para
comprar conciencias, por sus bravuconadas…
Por eso es falso, aunque lo diga
la prensa grande y seria, que haya una dicotomía entre fujimoristas y
antifujimoristas. Lo que hay por un lado es gente honesta de muy diversas y
hasta opuestas ideas políticas que está contra la corrupción y por el otro hay
organizaciones mafiosas que se amparan en una máscara de legalidad para usurpar
el Poder y usarlo para sus fines ilícitos.
¿Es necesario añadir cuáles somos
los Nakers y cuáles son los Fujis?
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